Publicada
en 2004 y con dos adaptaciones
cinematográficas a su haber, Déjame entrar es un relato crudo, de muerte, abuso
y amistad. Una novela de vampiros oscura y peculiar, ambientada en los
suburbios de Suecia con dos niños como protagonistas.
El vampiro
es sin duda una figura inmortal. Considerando las incontables adaptaciones en
novelas, cine y televisión, uno creería
que ya estaba todo dicho: con el vampiro clásico de Bram Stocker, los vampiros
románticos de Anne Rice o los vampiros teenager
de Stephanie Meyer la oferta era diversa. Sin embargo, el escritor sueco John Aljvide nos expone un nuevo relato
de vampiros, acogiendo los elementos básicos, pero reinventando una vez más al
popular bebedor de sangre.
Déjame entrar narra la historia de Oskar y Eli. El primero, un niño de doce
años, solitario, con la extraña afición de coleccionar recortes de diarios sobre
crímenes horrendos, y víctima de los abusos por parte de sus compañeros de
escuela. La segunda, un extraño personaje, con apariencia de niña, que llega a
vivir en la casa aledaña a la de Oskar. Ambos personajes se conocen, empatizan,
y rápidamente se hacen amigos. Sin embargo, la llegada de Eli coincide con una serie de extraños asesinatos que
prontamente alcanzará a otros personajes, entretejiendo un relato diverso, marcado
por la crudeza de la violencia y la muerte.
Aljvide
formuló un relato con una gran mescolanza de temas, no del todo logrado, pero
sí interesante por su especial mixtura. Para partir, el bullying que sufre Oskar es el puntapié inicial para entender la
personalidad del personaje, un niño abusado y que en respuesta se siente
atraído por la muerte y la venganza. Eli se transforma en su amiga prontamente,
ambos comparten la soledad y la violencia de maneras distintas en sus vidas. Sin
embargo, la realidad de Eli, como se
presenta, es más distinta de lo que Oskar sospecha en un comienzo.
Eli llega a
Blackeberg, la ciudad de Oskar, en compañía de Hakan, un hombre adulto enamorado
de Eli, y dispuesto a hacer todo por ayudarla. Este personaje, cuya historia
claramente aborda el tema de la pedofilia, será un eje importante en los hechos
que se desarrollan en la novela, en la cual integra personajes secundarios, que
van ilustrando partes de la vida en los suburbios de Estocolmo, integrando el
toque paranormal que otorga la presencia de Eli.
En general resulta un relato interesante. La historia es original,
pese a los temas comunes que aborda, y la prosa del autor es fácil de seguir,
con buenas descripciones, particularmente en cuanto a la crudeza que destaca su relato. Además
tiene la novedad de presentar el vampirismo con menos misticismo, y más lógica,
como una enfermedad.
Por su
parte, los protagonistas resultan coherentes, con marcadas cualidades y lógica
en sus acciones, sin embargo, el autor queda en deuda en profundizar sus
relatos, particularmente la historia de Eli, de la cual entrega pinceladas,
pero que finalmente no llegan a completar una imagen clara. Lo mismo ocurre con
los relatos secundarios, que pese a completar el contexto de la novela, en un
comienzo parecen restar espacio al relato central, sin embargo, hacia finales
del libro hay historias que se afianzan y cobran mayor sentido.
Déjame entrar es una novela para aquellos lectores que buscan un relato
violento, más que una historia de
vampiros el texto acoge una suma de sucesos con un elemento paranormal en
común, pero que finalmente crea un cuadro oscuro, donde la soledad y la muerte
ronda, con una amistad al centro que no logra ser del todo conmovedora por
el marco que la encuadra. Pese a ser el eje central, no es la relación de Eli y
Oskar lo único que queda en el recuerdo, sino todo su entorno y tragedia en lo
cual John Ajvide se luce como narrador.